La población se hunde en la privatización y cede el dominio público a las oligarquías burocráticas, administrativas y financieras. Emerge un nuevo tipo de individuo, definido por la avidez, la frustración, el conformismo generalizado (lo cuenl, en la esfera de la cultura, se llama pomposamente posmodernismo). Todo esto se ha materializado en estructuras pesadas: la carrera loca y potencialmente letal de la tecno-ciencia autonomizada, el onamismo consumista, televisivo y publicitario, la atomización de la sociedad, la rápida caducidad técnica y moral de todos los productos, riquezas que, creciendo sin cesar, se escapan entre los dedos. Al parecer, el capitalismo por fin logró fabricar al tipo de individuo que le corresponde: perpetuamente distraído, saltando de un placer a otro, sin memoria y sin proyecto, dispuesto a responder a todas las solicitudes de una maquinaria económica que destruye cada vez más la biósfera del planeta para producir ilusiones llamadas mercancías.
Cornelius Castoriadis - "Hoy" 1998
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