jueves, 13 de septiembre de 2007

Capítulo XIX

Miseria es eso de andar con el corazón zozobrando en el pecho y la memoria extraviada en un pozo de tristeza, pensando en la injusticia del destino, como si éste debiera ocuparse de los caprichos de cada uno. El buen paisano olvida flojeras, hincha el lomo a los sinsabores y endereza a la suerte que le aguarda, con toda la confianza puesta en su coraje; "hacete duro, muchacho" me había dicho una noche Don Segundo, asentándome un rebencazo por las paletas. A su vez, la vida me rebenqueaba con el mismo consejo. Pero qué mal golpe que me aflojaba la voluntad hasta los caracuses, sugiriéndome la posibilidad de volver hacia atrás con un ruego de amor para una hembra enredadora.
Contrariando mi debilidad, miraba adelante, firme.


Ricardo Güiraldes - Don Segundo Sombra

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